El Día de los Enamorados se festeja en casi todo el mundo el 14 de
febrero y en especial en los países católicos, donde además de mimos y
regalos, se estila prenderle una vela a san Valentín, patrono de los
tórtolos, para que proteja el regocijo de la pasión mutua frente a los
naturales embates del tiempo y de los terceros en discordia.
Pero hubo y sigue habiendo otras fechas: en las antiguas Grecia y Roma,
el Día de los Enamorados era el 15 de febrero; y hoy mismo, judíos,
chinos y japoneses lo festejan entre julio y agosto, respondiendo a
distintas creencias.
En Latinoamérica, donde se festeja con gran relevancia el día de los
enamorados, éste no siempre coincide con el 14 de febrero: en Bolivia y
Uruguay, es el 21 de septiembre, como antiguamente lo fue también en
Argentina, donde con el tiempo se agregó el 14 de febrero; en Brasil es
el 12 de junio (Día dos Namorados) y en Colombia el tercer fin de semana
de septiembre.
En Chile, Costa Rica, Honduras, Panamá, Ecuador, México, Perú,
Guatemala, Paraguay, República Dominicana y Venezuela es el 14, pero en
la mayoría de esos países los festejos, que a veces incluyen adornos de
calles, ramos de flores, serenatas y bailes, no se reducen sólo a los
enamorados, incluyen también a los amigos.
Esa misma tradición llegó a Estados Unidos a principios del siglo XVII:
en 1840, Esther Howland envió las primeras tarjetas de san Valentín a
sus parientes y conocidos, lo que a partir de allí se hizo costumbre.
Lo curioso es que, aunque san Valentín fue instituido por la Iglesia
como patrono de los enamorados hace más de mil quinientos años, en 1969
el mismísimo Concilio II lo eliminó del santoral y de todo patronazgo,
bajo la sospecha de que su existencia fue un cuento para eliminar dioses
y antiguas festividades paganas. La decisión fue tomada debido al origen
incierto de las diversas leyendas que lo rodean.
Aunque hubo al menos cuatro mártires llamados Valentín, se cree que
se habría instaurado como patrón de los enamorados a quien fue
obispo de Interamna, hoy Terni. Había nacido en Roma durante el siglo
III, bajo Claudio II.
El emperador necesitaba de los jóvenes para cuidar las fronteras de su
imperio en decadencia, y como los recién casados se negaban a alejarse,
dispuso en el año 270 la prohibición del matrimonio bajo pena de muerte.
Pero Valentín comenzó a casar en secreto a las parejas, a las que les
regalaba una flor blanca en señal de pureza y fidelidad, lo que dio
origen al ramillete de novia. Descubierto, fue sentenciado a tres penas
sucesivas: azotes, piedras y finalmente, decapitación.
Pero entre una y otra sentencia, conoció en el calabozo a Julia, una
joven ciega, hija del carcelero Asterio, de quien se enamoró. La leyenda
señala que el obispo la convirtió al cristianismo y que obró un
milagro: Julia pudo ver.
El santo fue ejecutado el 14 de febrero de 271 y enterrado dos veces:
primero, en el templo de Práxedes, en Roma; y luego, en la iglesia de
San Antón, Madrid, hacia donde ese día peregrinan actualmente jóvenes
católicos de toda Europa para pedirle protección.
Fuente: http://www.diario26.com/por-que-el-14-de-febrero-es-el-dia-de-los-enamorados-127020.html
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