miércoles, 13 de julio de 2016

13 de julio - Día Nacional de la Tejedora

Se celebra el 13 de julio en Argentina el Día Nacional de la tejedora, en el que se rinde tributo a todas las mujeres que a pura destreza crean piezas de indumentaria únicas. 

Trátese de un hobby, por terapia ocupacional o bien la producción con objetivos comerciales, con agujas, a crochet o en telares, convierten los gruesos y coloridos vellones en prendas clásicas como bufandas, mitones y pullóveres, el tejido artesanal nunca pasa de moda.

Fuente:  http://actualidadesquina.com/13-de-julio-dia-de-la-tejedora/
Hoy se rinde tributo a un oficio artesanal y milenario. En honor a todas las trabajadoras que a pura destreza crean piezas de indumentaria únicas, se celebra en todo el país el Día de la Tejedora. Se rinde así homenaje a las mujeres dedicadas a la confección de prendas de vestir, con distintas fibras textiles que se encuentran en el mercado como acrílicos, mezclas, pura lana y fantasías. Con el descenso de la temperatura, todo tipo de prendas tejidas se adueñaron por estos días del look de hombres y mujeres platenses. Bufandas, chalecos, pulóveres y sacones con una impronta artesanal marcaron creativamente la tendencia de volver a los puntos que hacía la abuela para confeccionar ropa abrigada, confortable, pero también elegante. Como se nota desde hace varias temporadas, la actividad recobró un importante auge en el que se tejió para la familia, para uso propio, pero también como una forma de encarar microemprendimientos en épocas de crisis laboral. Talleres de tejido, cursos de telar e incluso jornadas solidarias reúnen cada invierno a mujeres de todas las edades que, lana en mano, se reencuentran con una actividad que muchas califican como “una buena y productiva terapia”. Las laneras de la Ciudad son el ámbito natural al que las tejedoras acuden para aprovisionarse de materia prima con vistas a la confección de nuevos diseños, trátese de un hobby, por terapia ocupacional o bien la producción con objetivos comerciales. Con agujas, a crochet o en telares. Convirtiendo los gruesos y coloridos vellones en prendas clásicas como bufandas, mitones y pulóveres, el tejido artesanal nunca pasa de moda. Además de tejer con dos agujas y crochet, las tejedoras contemporáneas se le animan a los tejidos en horquillas, macramé y bastidores de todo tipo -tanto triangulares como cuadrados-. El arte del tejido tiene una historia milenaria. Los tejidos surgieron por la necesidad humana de protegerse. Ya en el período neolítico se comenzó a hilar el lino, para el verano y la lana, para el invierno. El huso (objeto que sirve para hilar fibras textiles) y el telar son inventos de ese período. En la antigua China, se fabricaban tejidos de seda ya alrededor del año 3000 «a. C.» Los egipcios lograron también tener finas telas de lino y de algodón.

Leer más en http://pasado.eldia.com/edis/20140713/Un-oficio-artesanal-informaciongeneral17.htm
Hoy se rinde tributo a un oficio artesanal y milenario. En honor a todas las trabajadoras que a pura destreza crean piezas de indumentaria únicas, se celebra en todo el país el Día de la Tejedora. Se rinde así homenaje a las mujeres dedicadas a la confección de prendas de vestir, con distintas fibras textiles que se encuentran en el mercado como acrílicos, mezclas, pura lana y fantasías. Con el descenso de la temperatura, todo tipo de prendas tejidas se adueñaron por estos días del look de hombres y mujeres platenses. Bufandas, chalecos, pulóveres y sacones con una impronta artesanal marcaron creativamente la tendencia de volver a los puntos que hacía la abuela para confeccionar ropa abrigada, confortable, pero también elegante. Como se nota desde hace varias temporadas, la actividad recobró un importante auge en el que se tejió para la familia, para uso propio, pero también como una forma de encarar microemprendimientos en épocas de crisis laboral. Talleres de tejido, cursos de telar e incluso jornadas solidarias reúnen cada invierno a mujeres de todas las edades que, lana en mano, se reencuentran con una actividad que muchas califican como “una buena y productiva terapia”. Las laneras de la Ciudad son el ámbito natural al que las tejedoras acuden para aprovisionarse de materia prima con vistas a la confección de nuevos diseños, trátese de un hobby, por terapia ocupacional o bien la producción con objetivos comerciales. Con agujas, a crochet o en telares. Convirtiendo los gruesos y coloridos vellones en prendas clásicas como bufandas, mitones y pulóveres, el tejido artesanal nunca pasa de moda. Además de tejer con dos agujas y crochet, las tejedoras contemporáneas se le animan a los tejidos en horquillas, macramé y bastidores de todo tipo -tanto triangulares como cuadrados-. El arte del tejido tiene una historia milenaria. Los tejidos surgieron por la necesidad humana de protegerse. Ya en el período neolítico se comenzó a hilar el lino, para el verano y la lana, para el invierno. El huso (objeto que sirve para hilar fibras textiles) y el telar son inventos de ese período. En la antigua China, se fabricaban tejidos de seda ya alrededor del año 3000 «a. C.» Los egipcios lograron también tener finas telas de lino y de algodón.

Leer más en http://pasado.eldia.com/edis/20140713/Un-oficio-artesanal-informaciongeneral17.htm
Hoy se rinde tributo a un oficio artesanal y milenario. En honor a todas las trabajadoras que a pura destreza crean piezas de indumentaria únicas, se celebra en todo el país el Día de la Tejedora. Se rinde así homenaje a las mujeres dedicadas a la confección de prendas de vestir, con distintas fibras textiles que se encuentran en el mercado como acrílicos, mezclas, pura lana y fantasías. Con el descenso de la temperatura, todo tipo de prendas tejidas se adueñaron por estos días del look de hombres y mujeres platenses. Bufandas, chalecos, pulóveres y sacones con una impronta artesanal marcaron creativamente la tendencia de volver a los puntos que hacía la abuela para confeccionar ropa abrigada, confortable, pero también elegante. Como se nota desde hace varias temporadas, la actividad recobró un importante auge en el que se tejió para la familia, para uso propio, pero también como una forma de encarar microemprendimientos en épocas de crisis laboral. Talleres de tejido, cursos de telar e incluso jornadas solidarias reúnen cada invierno a mujeres de todas las edades que, lana en mano, se reencuentran con una actividad que muchas califican como “una buena y productiva terapia”. Las laneras de la Ciudad son el ámbito natural al que las tejedoras acuden para aprovisionarse de materia prima con vistas a la confección de nuevos diseños, trátese de un hobby, por terapia ocupacional o bien la producción con objetivos comerciales. Con agujas, a crochet o en telares. Convirtiendo los gruesos y coloridos vellones en prendas clásicas como bufandas, mitones y pulóveres, el tejido artesanal nunca pasa de moda. Además de tejer con dos agujas y crochet, las tejedoras contemporáneas se le animan a los tejidos en horquillas, macramé y bastidores de todo tipo -tanto triangulares como cuadrados-. El arte del tejido tiene una historia milenaria. Los tejidos surgieron por la necesidad humana de protegerse. Ya en el período neolítico se comenzó a hilar el lino, para el verano y la lana, para el invierno. El huso (objeto que sirve para hilar fibras textiles) y el telar son inventos de ese período. En la antigua China, se fabricaban tejidos de seda ya alrededor del año 3000 «a. C.» Los egipcios lograron también tener finas telas de lino y de algodón.

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Hoy se rinde tributo a un oficio artesanal y milenario. En honor a todas las trabajadoras que a pura destreza crean piezas de indumentaria únicas, se celebra en todo el país el Día de la Tejedora. Se rinde así homenaje a las mujeres dedicadas a la confección de prendas de vestir, con distintas fibras textiles que se encuentran en el mercado como acrílicos, mezclas, pura lana y fantasías. Con el descenso de la temperatura, todo tipo de prendas tejidas se adueñaron por estos días del look de hombres y mujeres platenses. Bufandas, chalecos, pulóveres y sacones con una impronta artesanal marcaron creativamente la tendencia de volver a los puntos que hacía la abuela para confeccionar ropa abrigada, confortable, pero también elegante. Como se nota desde hace varias temporadas, la actividad recobró un importante auge en el que se tejió para la familia, para uso propio, pero también como una forma de encarar microemprendimientos en épocas de crisis laboral. Talleres de tejido, cursos de telar e incluso jornadas solidarias reúnen cada invierno a mujeres de todas las edades que, lana en mano, se reencuentran con una actividad que muchas califican como “una buena y productiva terapia”. Las laneras de la Ciudad son el ámbito natural al que las tejedoras acuden para aprovisionarse de materia prima con vistas a la confección de nuevos diseños, trátese de un hobby, por terapia ocupacional o bien la producción con objetivos comerciales. Con agujas, a crochet o en telares. Convirtiendo los gruesos y coloridos vellones en prendas clásicas como bufandas, mitones y pulóveres, el tejido artesanal nunca pasa de moda. Además de tejer con dos agujas y crochet, las tejedoras contemporáneas se le animan a los tejidos en horquillas, macramé y bastidores de todo tipo -tanto triangulares como cuadrados-. El arte del tejido tiene una historia milenaria. Los tejidos surgieron por la necesidad humana de protegerse. Ya en el período neolítico se comenzó a hilar el lino, para el verano y la lana, para el invierno. El huso (objeto que sirve para hilar fibras textiles) y el telar son inventos de ese período. En la antigua China, se fabricaban tejidos de seda ya alrededor del año 3000 «a. C.» Los egipcios lograron también tener finas telas de lino y de algodón.

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