04 de diciembre - Día del Trabajador Minero Argentino

El 4 de diciembre se celebra el Día del Obrero Minero en toda la República Argentina. Fecha en la que se recuerda la fundación de la Asociación Obrera Minera Argentina, en el año 1953.



El día de Santa Bárbara, también conocido como el “día de los mineros”, es el único momento del año en que se permite ingresar a las mujeres en las minas en Río Turbio. En un mundo donde la división sexual del trabajo ha mermado la discriminación laboral hacia las mujeres todavía aparecen los resabios de una cultura patriarcal del trabajo.

 El trabajo en una mina no está considerado insalubre, pero sí sacrificado. Las minas subterráneas, que son pocas en la Argentina, tienen condiciones de altas temperaturas en su interior. Entre los peligros, además de los derrumbes, están las consecuencias por la inhalación de polvillo y gases, pero si las normas de seguridad internacionales se cumplieran correctamente, no debería haber mayores problemas.

Las minas a cielo abierto tienen a favor que no se está en las entrañas de la tierra, pero son las más polémicas porque, al haber grandes movimientos de tierra, se utiliza cianuro para separar los minerales.

Santa Bárbara: La leyenda de las mineras 
Santa Bárbara, virgen y mártir, habría nacido en Nicomedia, cerca del mar de Mármara en el siglo III. Su padre la encerró en una torre. No se sabe si el motivo fue que buscó protegerla de la seducción de los hombres que la admiraban por su belleza o porque Bárbara se negaba a creer en los ídolos paganos de su padre. En un enfado, él la decapitó en la cima de una montaña, sitio en donde un rayó lo alcanzó y también murió. Por esta leyenda, es patrona de las profesiones que manejan explosivos como mineros, astilleros, bomberos, fabricantes de pólvoras y armas de explosión, electricistas, artilleros, canteros (trabajadores de la piedra) e incluso arquitectos.
Cada año en el día de su muerte, 4 de diciembre, distintos lugares del mundo conmemoran su fecha. En Río Turbio, el pueblo se reúne para homenajear a la Patrona de los mineros  en una fiesta de reconocimientos, premios y como no podía faltar, la elección en el concurso de la Reina Nacional del Carbón.
Río Turbio se encuentra a 285 km de Río Gallegos, capital de Santa Cruz. Es un pueblo fronterizo con Chile y es centro minero por excelencia donde existe la mayor reserva nacional de carbón. Desde 1842 y durante mucho tiempo, la cuenca carbonífera fue habitada únicamente por trabajadores de Yacimientos Carboníferos Fiscales (YCF) y sus familias. El 4 de diciembre, día de Santa Bárbara, es el único día que las mujeres pueden ingresar al Complejo Minero de Río Turbio. Recién en 1970 por primera vez en la historia del Yacimiento Río Turbio, más de 50 mujeres visitaron las galerías de la Mina 3.
En el año 1965, Rio Turbio tenía 5171 habitantes de los cuales 3582 eran varones (69,3%) y 1589 mujeres (30,7%) con 850 grupos familiares. Esta superpoblación de varones respondía a la división sexual del trabajo en un pueblo que comenzó con 120 hombres destinados al trabajo minero. La investigadora Elizabeth Jelin explicó en una entrevista para el suplemento Las 12 (Diario Página/12) que existe una base biológica en la división sexual del trabajo y es que las mujeres deben amamantar a sus hijos. A lo largo de la historia esta división ubicó a las mujeres en el ámbito doméstico o en el mundo más cercano y cotidiano, y a los hombres en el ámbito público, con tareas que implican más distancia del hogar.
La asignación de espacios y trabajos en relación al sexo implicó una disminución valorativa del trabajo femenino. Con la aparición de la tecnología y la mecanización en reemplazo de las tareas manuales que las mujeres realizaban, aquellas labores pasaron a ser trabajo calificado y solo reservado a los varones. Esto provocó que la producción de la mano de obra masculina se incrementara por sobre la femenina.
En función de la capacidad reproductiva de las mujeres, se asignó a ellas el mundo de la esfera privada, el hogar, el cuidado exclusivo de la casa y de los hijos y las hijas. De esta manera se comprende que la división sexual del trabajo es el resultado de relaciones de género desiguales donde la mujer es considerada como el “sexo débil”.